Tradicionalmente las cortinas se han empleado solo para cubrir las ventanas, pero con un poco de imaginación podemos conseguir alternativas que, además de suponer un coste menor, nos ayudarán a obtener un resultado mucho más personal y único.
A continuación os damos algunas ideas para ver si os animáis:
- Cortinas como separadores de espacios. Esta es una manera ligera y muy decorativa de conseguir puntualmente privacidad en una zona determinada de la casa o de la oficina. Podemos conseguir espacios separados e íntimos cuando nos interesa, y al mismo tiempo abiertos y diáfanos cuando necesitemos una superficie más amplia.
La cortina, a diferencia de la tradicional pared, sí nos puede ofrecer esta opción. Además, si las elegimos de una bonita textura, combinada con el resto de paredes, el resultado es extraordinario.
- Intimidad en la cama. No cabe duda de que la zona de la cama es un espacio en el que buscamos la intimidad. ¿Hay algo más dulce y romántico que enmarcarla con delicados visillos a modo de dosel o delimitando lo que sería el dormitorio propiamente dicho? En ambos casos, un ligero visillo de fibras naturales como el lino o el algodón permitirán la circulación del aire y así conseguiremos pasar noches de lo más confortables.
- Armarios y vestidores. Con frecuencia, cortinas y estores pueden darnos respuesta a nuestras necesidades. Nada más práctico que abrir una cortina tradicional para tener toda nuestra ropa a la vista. Cómodo, práctico, económico y muy decorativo. En este caso tanto la cortina tradicional con un riel manual, como la versión de panes japonés (también con accionamiento manual) o incluso el sistema de estor, pueden ser grandes aciertos a la hora de darle un toque distintivo y personal al dormitorio.
Aquí podemos aprovechar y atrevernos a meter algún tipo de dibujo o estampado con colores que luego coordinaremos con el resto de textiles y muebles de la habitación. Lo que sí es recomendable es decantarnos por géneros más bien gruesos para que nunca llegue a transparentarse la ropa.
- Puertas y accesos. Si en vez de espacios diáfanos tenemos cerramientos de cristal, también se pueden añadir bonitas cortinas que impidan en determinados momentos la vista de ciertas partes de la casa. Nos darán una mayor privacidad y al mismo tiempo rebajarán la frialdad del cristal.
Otro caso en el que podemos hacer uso de una cortina es en el acceso a un espacio abierto como un porche o una terraza, o incluso para hacer divisiones dentro de la misma. De esta manera quedará mucho más vestida y acogedora. Eso sí, a la hora de elegir el tejido, tendremos que tener muy presente que sea resistente y esté preparado para soportar las inclemencias del tiempo.
En este caso podremos atrevernos con vivos colores o estampados florales, pero si queremos conseguir un aire más sobrio, moderno y “chill out”, un sencillo tejido liso blanco o crudo será la elección perfecta.